Archivos de Ciencias de la Educación , nº 8, 2014. ISSN 2346-8866
Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Departamento de Ciencias de la Educación

 

Editorial

Con la finalidad de “formar el cuerpo docentes de los Colegios Nacionales, Escuelas Normales e Institutos y de brindar capacitación pedagógica a quienes se formaban en las disciplinas específicas dentro de la universidad”, se crea en 1914 la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNLP. Se configura así el campo pedagógico en la Universidad Nacional de La Plata.

El derrotero de los 100 años representa de alguna manera un conjunto de posiciones epistemológicas, ideológicas, disciplinares y políticas relacionadas con ese bien social que denominamos educación. Pero también representa las luchas por el dominio y la hegemonía de diferentes grupos académicos acerca de la concepción disciplinar, la formación de especialistas y la profesionalización de dicho campo.

Ciencias de la Educación, Pedagogía y Ciencias Afines, Filosofía y Ciencias de la Educación, son los nombres que han marcado más que cambios nominativos en nuestra carrera, la escenificación de las luchas que a lo largo de 12 planes de estudio abarcaron diferentes actores del campo académico, y han sido representativos no solo de la escena platense, sino también del escenario pedagógico nacional.

Algo similar ha ocurrido con las formas de nombrar nuestra facultad, fundada y refundada en diferentes años, tanto que permitiría elegir a gusto cuándo y qué celebrar -y por qué no celebrar cada fundación en la medida que nos permita reconocernos y volver a encontrarnos a través de la historia-.

En el número cinco de nuestra revista, Ana Barletta nos decía “Nuestra Universidad festejó su centenario en 2005 y varias de sus facultades fueron haciéndolo en los últimos años; por eso es curioso que no haya habido iniciativa de festejo alguno dentro de nuestra comunidad. Así, dos centenarios fueron pasando sin pena ni gloria para el conjunto de las comunidades académicas que hoy albergan una facultad muy diferente a la de sus primeras décadas. La primera facultad de Ciencias de la Educación del país, ´la primera facultad americana de Ciencias de la Educación´ (…) ¿cuándo nació? (…) ¿Por qué una facultad con tanta historia, con tantas comunidades académicas, con tantas figuras relevantes en su haber, no tiene armada su propia cronología de historia institucional?” (2011:19).

La misma pregunta se nos vuelve a “los de ciencias de la educación”. ¿Dónde poner el punto cero? ¿En la fundación de la Facultad de Ciencias de la Educación en 1914, la surgida de la Sección Pedagógica de la facultad de Derecho? ¿O en 1959 cuando se conformó el Departamento de Ciencias de la Educación que además otorgaba un título homónimo?

La tradición nos recuerda a nuestra carrera como la primera facultad americana de Ciencias de la Educación, “el meridiano educacional de América pasaba por La Plata”, diría Lunazzi en su homenaje a Calcagno en 1962. Se recreaba en sus claustros la preocupación por la formación de los profesores, la necesidad de fortalecer el sistema educativo desde la universidad, la extensión entendida como educación y el desarrollo constante de la investigación. Mucho ha pervivido en nosotros de este relato. Pero también pueden narrarse otras Ciencias de la Educación: las deudoras del positivismo y del espiritualismo, las de las políticas peronistas y desarrollistas, las arrasadas por las dictaduras, las recuperadas en y para la democracia. Las que cien años después -y tras cuatro mudanzas- por fin llegaron a casa.

Nuestra revista tampoco es indiferente al centenario. Si somos rigurosos, Archivos antecedió a la carrera misma de Ciencias de la Educación cuando vio la luz en 1906, su primer número, bajo el nombre de “Archivos de Pedagogía y Ciencias de la Educación”, nombre que se cambiará en 1914 por el de “Archivos de Ciencias de la Educación: órgano oficial de la Facultad de Ciencias de la Educación”. No sería errado decir entonces, que esta es también una conmemoración de la revista, a la que podrían sumarse muchas más, si consideramos la sucesivas etapas y nombres con las que se fue refundando a lo largo de la historia.

Fechas desencontradas, nombres que van a vienen, fundaciones erráticas, mudanzas de edificios; como la historia, nuestra carrera es contingente. La memoria de cada uno de nosotros permite inscribirse en un pasado a la carta, que nos va dejando por diferentes caminos en la construcción del presente y sobre la agenda del futuro.

En tal sentido, no hemos renunciado a incidir fuertemente en la formación de maestros y profesores, al compromiso universitario en la agenda educativa pública. Hemos abierto la mirada hacia otros sujetos y otros escenarios educativos, asumimos firmes compromisos con la democracia, la educación pública inclusiva, la ampliación de derechos y la redistribución del conocimiento, la justicia educacional.

En tiempos de centenarios, no nos quedan dudas que los debates del pasado siguen estando presentes en la actualidad, pero podemos afirmar que aquella carrera surgida del seno mismo de la psicología experimental ha mutado de manera más o menos consciente hacia una carrera inserta en el hoy y el porvenir.

Ciencias de la Educación hoy no es solo un profesorado y una licenciatura sino también un conjunto demandado de carreras de posgrado, con diversos actores dedicados a la docencia, a la investigación y la extensión pero que al mismo tiempo son partícipes activos en tanto intelectuales comprometidos con la educación pública. Es una revista activa, una institución que se expresa a través de sus claustros, un ejemplo a seguir (y a mejorar) en sus políticas de inclusión estudiantil, un escenario de participación. La vieja preocupación por la formación de un cuerpo docente ha abarcado también otros actores en la búsqueda de una ciudadanía universitaria ampliada e inclusiva.

Cada uno de nosotros se sentirá más cómodo en unos u otros casilleros de la historia; cada uno de nosotros podrá elegir un linaje, una tradición o erigirse díscolamente en el presente, pero sin duda podremos acordar que solo con la conciencia del futuro, los principios comienzan a ser claros. Felices 100 años.

Alicia Inés Villa


Referencias bibliográficas

Barletta, A., “La revista archivos de ciencias de la educación, apuntes para una, o varias, historias institucionales”. En: Archivos de Ciencias de la Educación. Año 5, Nro. 5, 4ta. Época. UNLP, 2011.

Lunazzi, J. M., “Homenaje al Dr. Alfredo Calcagno. En: Archivos de Ciencias de la Educación. Nro. 3, UNLP, 1962.

 

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