Archivos de Ciencias de la Educación , nº 6, 2012. ISSN 2346-8866
Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Departamento de Ciencias de la Educación

ARTÍCULOS / ARTICLES

 

Aprender a ser docentes con el cine de Miyazaki

Learning to be Teachers by Miyazaki Cinema


Ricard Huerta

Universidad de Valencia (España)


Resumen

El presente artículo plantea la incorporación del cine como argumento válido para la formación del profesorado. Consideramos que el cine incluye suficientes mecanismos para involucrar la educación en artes visuales, la educación en medios, y la educación musical. Entre los directores más relevantes del panorama internacional, proponemos la figura de Hayao Miyazaki. Este creador japonés ha sabido atraer a públicos de todas las edades y culturas a lo largo de su dilatada carrera profesional. La calidad técnica de los trabajos de Miyazaki va acompañada de una serie de valores que resultan muy válidos para incorporar acciones educativas de respeto al medio natural y a las tradiciones culturales. Pensamos que los maestros de educación primaria han de estar preparados para fomentar este tipo de valores entre el alumnado. Tanto la educación artística como el cine son entornos muy atractivos para lograrlo. Hemos observado y analizado a un grupo de estudiantes de grado de Maestro de primaria mientras miraban la película Ponyo en el acantilado. Planteamos un mayor uso del cine como recurso educativo (Ambrós & Breu, 2007; Fedorov, 2010). Animamos al profesorado y al alumnado a realizar nuevas lecturas críticas y personales del cine, indagando más allá del conocimiento del medio como mero entretenimiento (Clarembeaux, 2010; Hernández, 2000; Huerta, 2006).

Palabras clave: Educación artística; Educación en medios; Creatividad; Formación del profesorado.

Abstract
This paper proposes the incorporation of film as a valid argument for teacher training. We think that the film includes enough areas to engage visual arts education, media education, and music education. Among the most important directors of the international scene we suggest the figure of Hayao Miyazaki. This Japanese film director has been able to attract audiences of all ages and cultures throughout his long career. Miyazaki's works have great technical and aesthetic quality. This formal quality is accompanied by a set of values that are very appropriate to incorporate educational activities that induce respect for the natural environment and cultural traditions. We believe that Primary School Teachers must be prepared to encourage such values ​​among students. Arts education and cinema are very attractive environment for it. We have observed and analyzed a group of students (from Primary School training teachers) watching the movie Gake no ue no Ponyo. We propose use the film as an educational resource (Ambros & Breu, 2007; Fedorov, 2010). We encourage teachers and students to make new personal and critical readings of the films, thinking beyond the use of film as entertainment (Clarembeaux, 2010; Hernandez, 2000; Huerta, 2006).

Keywords: Art education; Media education; Creativity; Training teachers.


Fenómenos naturales y premoniciones desde la creación artística

El presente estudio se ha realizado planteando al alumnado de magisterio un acercamiento al cine del realizador japonés Hayao Miyazaki. He considerado especialmente útil trabajar a partir de la película Ponyo en el acantilado (Miyazaki, 2008). Se trataba de indagar la recepción del cine por parte de los futuros maestros de primaria, a partir de esta película de animación (género conocido como animé). El film se avanzaba a una polémica que sigue siendo de rabiosa actualidad en los medios: los resultados nefastos que puede tener la energía nuclear para el entorno natural y su posterior efecto traumático para la humanidad.

El terremoto y el tsunami que asolaron el norte de Japón en marzo de 2011 provocaron, además del desastre natural evidente, un auténtico debate mundial en torno a las centrales nucleares, debido a las dudas que este tipo de energía y su probable toxicidad puede suponer para la población afectada. El debate fue más allá de una cuestión local, y se extendió a todo el planeta. No se trata de ver el problema como una cuestión ideológica. Ahora todo el mundo parece estar de acuerdo en que este tipo de energía resulta peligroso y difícil de controlar. Lo cierto es que las imágenes de los reactores dañados de la central nuclear de Fukushima dieron la vuelta al mundo a través de los medios.

El impacto ecológico y mediático que desencadenaron las fugas radioactivas de la central de Fukushima había sido reflejado premonitoriamente por la película de animación Gake no ue no Ponyo del director Hayao Miyazaki. El film nos sirve para introducir en clase de plástica aspectos como la ecología, la educación en medios o los mecanismos de comunicación. Pienso que es importante utilizar el cine como un engranaje curricular de la educación artística, ya que el área de conocimiento de educación en artes visuales debe estar pendiente de las imágenes tecnológicas y de los medios en general. El momento clave para introducir este tipo de estrategias educativas es el de la formación inicial de los futuros maestros.

La polémica sobre las centrales nucleares ya no se vive desde los posicionamientos ideológicos o políticos, sino desde el registro de la “seguridad”, uno de los aspectos que más obsesiona culturalmente a los países occidentales desde los atentados del 11S de 2001 en Nueva York. Estas cuestiones suelen tratarse en las clases universitarias de sociología, historia, antropología, y otras áreas afines. Pensamos que son cuestiones también aptas para abordar, de manera transversal en la formación universitaria de maestros, y por supuesto deben estar presentes en las clases de educación en artes visuales. Las imágenes de las catástrofes, punto crucial del entramado comunicativo de la noticia, son las que acaban recordándose. En este sentido, el cine ha generado un imaginario propio sobre todos estos aspectos. Hayao Miyazaki es probablemente el director de cine de animación más relevante a nivel mundial. Miyazaki fue capaz de tratar estas temáticas en su obra Ponyo con una capacidad creativa impresionante.

El cine de animación y la formación en educación artística del profesorado de primaria

José Antonio Espino está matriculado en el Máster de Investigación en Didácticas Específicas de la Universidad de Valencia. Ha decidido investigar la presencia del cine de animación en las clases de dibujo de los institutos de secundaria, como punto de partida de su Trabajo Final de Máster. José Antonio ha entrevistado a diez profesores de dibujo de secundaria para averiguar el interés que hay por parte de los docentes a la hora de impartir clases sobre la temática de los dibujos de animación y del cine manga. La sorpresa de su búsqueda es que, a pesar de no existir un espacio curricular propicio para introducir el cine de animación a las clases de dibujo de educación secundaria, una buena parte del profesorado analizado sí que hace uso de esta herramienta creativa para motivar e ilustrar a sus estudiantes en temáticas relacionadas con la ilustración y la animación. Espino es un ferviente seguidor de manga (cómics) y de animé (cine y televisión). Cuando he realizado un seguimiento de su trabajo como tutor he podido acercarme a esta realidad educativa del profesorado de secundaria, algo que ya había sido motivo de reflexión en trabajos anteriores (Huerta, 2002, 2003, 2005, 2009).

El profesorado de dibujo de secundaria se encuentra cada vez más sumergido en un proceso de progresiva invisibilización, dado que las materias vinculadas a las áreas de lengua, ciencias y matemáticas van tomando el territorio que antes había sido propio para el currículum de educación artística. Deberíamos analizar los factores que han provocado este desplazamiento de los especialistas de dibujo hacia la marginalidad en cuestiones de cine y/o animación. Resulta evidente que por parte de este profesorado sí que existe un interés por introducir la animación en sus clases, pero la falta de tiempo o las restricciones curriculares provocan una ausencia del tratamiento de este aspecto en las aulas de dibujo. La mirada parcelada que provocan las áreas de conocimiento empobrece la reflexión y el goce de muchas manifestaciones culturales, ya que reduce la capacidad comunicativa de los mecanismos expresivos, como podría pasar con el cine. El profesorado de diferentes especialidades (de lengua, de dibujo, de música y de ciencias sociales) debería dar un paso adelante para integrar esfuerzos, favoreciendo así una mejor recepción de las representaciones culturales complejas que pueden interesar a su alumnado. Una cuestión cultural como el cine no puede quedar en manos de una sola área de conocimiento.

Si esto es lo que ocurre en secundaria, podemos imaginar lo que sucede en las aulas de primaria, donde no existe profesorado especializado en artes visuales. Reducir el análisis de un texto fílmico a su estructura, o solamente a sus imágenes, o únicamente a su banda sonora, no permite encajar las piezas que integran la obra completa, el conjunto que lo engloba todo. Es por este motivo que valoramos la apuesta integradora de EspaiCinema, un proyecto de innovación educativa que llevamos a cabo desde hace seis años en la Universidad de Valencia. El proyecto reúne especialistas de todas las áreas. Esta conjunción de intereses es compartida, y pensamos que posibilita una mirada mucho más enriquecedora de las diferentes realidades, teniendo en cuenta lo que Lipovetsky ha definido como cultura-mundo:

Lo que nos falta no es información, que nos desborda; lo que no tenemos es un método para orientarnos en esta sobreabundancia indiferenciada, para situarnos a una distancia analítica y crítica que le dé sentido. Aquí tenemos una de las grandes apuestas de la cultura-mundo: cómo educar a los individuos y formar espíritus libres en un universo que rebosa información (Lipovetsky & Serroy, 2010: 19).

Itamar Even-Zohar (1972), con su teoría de los polisistemas, ya apuntaba hacia los efectos propicios que supone analizar conjuntamente las manifestaciones culturales y las conexiones entre las diferentes expresiones de los patrimonios. Siempre estuve interesado en transmitir a mi alumnado una serie de informaciones válidas en todo lo referido al cine, sin perder de vista que en el cine se conjugan tanto las imágenes como otros muchos lenguajes expresivos.

El camino recorrido por Miyazaki y su película Ponyo en el acantilado

El presente estudio se ha articulado en torno al análisis de una sesión de clase con alumnado de segundo curso del grado de maestro de primaria. En esta sesión, que había sido preparada con antelación, se implicó al alumnado de la asignatura de educación plástica de segundo curso. Se les había aconsejado que buscasen información sobre el tema planteado. En la sesión de clase tuvimos como invitado a José Antonio Espino, quien participó explicando algunas cuestiones referidas al manga y al animé.

Para realizar la investigación se llevó a cabo una recogida de datos partiendo de un planteamiento metodológicamente inspirado en los estudios de caso. El criterio de selección del alumnado y la forma de implicarlo en la actividad recoge los pasos seguidos por Olga Hubard en sus trabajos sobre recepción artística del alumnado (Hubard, 2008). En base a esta metodología cualitativa he indagado en una temática de vigente actualidad, ya que la película sobre la que se ha trabajado está vinculada (como premonición creativa) a la catástrofe ocurrida en Japón. Pero también nos proponemos indagar en lo que conoce el alumnado sobre cine, al tiempo que pedimos su opinión sobre determinados aspectos, como por ejemplo: ¿Considera el alumnado que se deberían introducir estas temáticas en el currículum de primaria?. Haremos una breve introducción al director Hayao Miyazaki y a la película elegida. Después se explicará la sesión, y finalmente se analizarán las encuestas que se pasaron al alumnado, en las que aparecen numerosos aspectos a valorar.

Ponyo en el acantilado es una película japonesa del estudio de animé Studio Ghibli, escrita y dirigida por el director Hayao Miyazaki. La película fue estrenada en 2008, compitiendo en la Mostra de Cinema de Venecia aquel mismo año. El argumento del film gira alrededor del personaje de Sosuke, un niño de cinco años, que se encuentra un pececito de color rojo cuando está jugando en la orilla del mar, al lado mismo de su casa. Al pececito se le ha incrustado la cabeza dentro de un bote de cristal. Sosuke bautiza al pececito con el nombre de Ponyo. Sosuke promete que le protegerá, y que cuidará de él (en un determinado momento sabemos que se trata de una hembra). Pero el padre de Ponyo, un personaje que vive en las profundidades del océano, la obliga a volver a su casa, al mar. Ponyo le contesta a su padre que quiere convertirse en humana, cosa que el padre no acepta. Entonces Ponyo decide escaparse, con la ayuda de Sosuke.

Un gran acierto de la película Ponyo (que es en realidad un canto al respeto por la naturaleza) consiste en haber previsto, con tres años de antelación, el episodio del terremoto y el posterior tsunami que sufrió la costa Este japonesa en marzo de 2011. Más aún, Miyazaki prevé también la catástrofe ecológica que motivó el recalentamiento de la central nuclear de Fukushima, ya que en el film aparecen una serie de elementos relacionados, así como un conjunto de paralelismos que podrían haber sido extraídos de la obra de un visionario. La película nos permite hablar de todas estas cuestiones con el alumnado de magisterio. Además, como auténtica pieza de excelencia del cine de animación, nos permite revisar aspectos vinculados a la imagen como planos, secuencias, colores, tonalidades, texturas, composiciones gráficas, y tantos otros aspectos de la alfabetidad visual (Fedorov, 2007; Marcellán 2009).

Analizando el potencial educativo del cine de animación

El nuevo edificio de la Facultad de Magisterio de la Universidad de Valencia dispone de cuatro aulas específicas para las materias de educación artística. Las aulas están equipadas con cañón proyector, y se pueden oscurecer los ventanales de vidrio para conseguir una buena resolución y visión de la imagen, cuando se trata del pase de una película. En las sesiones anteriores se había comentado a los alumnos que dedicaríamos una clase a la animación japonesa. Marc Morell, uno de los alumnos del grupo, se ofreció como voluntario para explicar algunos aspectos sobre el género de cómic manga. Marc es un gran admirador de manga, coleccionista de cómics japoneses. Se recomendó a los 45 alumnos del grupo que visionaran antes la película en su casa, ya que las dos horas del tiempo de la clase deberíamos organizarlos para incorporar las siguientes acciones:

- Una introducción por parte del profesor.

- Una breve explicación sobre manga por parte de Marc Morell (alumno del grado de primaria).

-Una aproximación al animé por parte de José Antonio Espino (alumno del Máster de Investigación en Didácticas).

- Proyección de tres fragmentos de la película en clase.

- Reflexión y debate sobre lo que habíamos visto, comentando y participando el alumnado de la clase.

- Contestar un cuestionario anónimo sobre las posibilidades educativas de la animación japonesa.

La sesión empezó a las 8:30 horas (inicio de la clase), y se alargó hasta las 11:30 horas, habiendo detectado una animada participación por parte de todo el alumnado en el transcurso de la actividad. Durante la proyección de los tres fragmentos elegidos, nos sorprendió la atención, la tensión y el silencio que se llegaron a crear en el ambiente del aula. El inicio de la película es un largo fragmento sin diálogos, únicamente imágenes y música. Se trata de una presentación impactante. En ocasiones parece que el director quiere explicar el origen de la vida desde el ámbito marino, sobre todo cuando aparecen las medusas. El momento culminante de esta presentación inicial es cuando Ponyo cae atrapada en un bote de vidrio que se le engancha al cuello. Aquí empiezan las reivindicaciones ecologistas del film, haciendo referencia a los desperdicios que se arrojan a los espacios marinos.

Observando las imágenes comprobamos algunos aspectos culturales que son propios del Japón: los coches circulan por la izquierda, la occidentalización de la arquitectura no ahoga completamente la capacidad oriental de distribución de los espacios del hogar, el ritmo es trepidante cuando conduce la madre de Sosuke pero muy pausado en la residencia de gente mayor. El director sitúa la escuela infantil de Sosuke al lado mismo de uno geriátrico donde trabaja su madre (Sosuke cruza constantemente la valla que separa la escuela y el geriátrico). Cuando empieza a llover y se anuncia la embestida del mar detectamos algunos elementos que preludian la acción de la película: los avisos por el altavoz (tanto en el geriátrico como la escuela infantil), y también la queja de una de las abuelas, que le dice a Sosuke que si no devuelve a Ponyo al mar habrá problemas. La ambientación musical resulta de gran importancia en este film, y en general en todas las producciones de Miyazaki. Desde el inicio de la película se nos explica la vida cotidiana, tanto la de la casa como la del lugar de trabajo y estudio. En realidad parece que se hace un diagnóstico de las rutinas diarias de un niño, lo cual resulta del agrado del alumnado de magisterio. La relación entre el padre y la madre de Sosuke se nos presenta como un territorio incierto, ya que el padre está trabajando en alta mar, y cuando se acerca su barco a la costa mantiene una conversación con el hijo a través de señales de luz en alfabeto Morse.

Otro elemento propio de la cultura oriental en la película son las constantes transformaciones. Ponyo pasa de ser una medusa a convertirse en humana, siguiendo un proceso evolutivo (de nuevo la ciencia como excusa visual) que le hace cambiar de aspecto. Ponyo se enfrentará a su futuro predestinado, optando por convertirse en niña. Cuando aparece el padre de Ponyo en su cámara acorazada del fondo de la mar, todo hace presagiar que se trata de una especie de central nuclear marina, y que tiene muchas posibilidades de explotar (de nuevo los paralelismos con la realidad de Fukushima). En este momento (y también en otras ocasiones a lo largo del film) la música que escuchamos es una adaptación del tema de las walkirias wagnerianas, que toman como melodía el tema principal de la película, pero con el ritmo y las armonizaciones del autor alemán, que sirven muy bien para ambientar el tsunami.

Miyazaki utiliza sus films, y sus obras en general, para reivindicar la familia como entidad equilibrada. En televisión podríamos recordar las series Heidi y Marco. Este factor de defensa de la familia se revelaba en sus trabajos anteriores Mí vecino Totoro (1988), El viaje de Chihiro (2002), y El Castillo Ambulante (2005). En el film, esta defensa y reivindicación de la amistad y del núcleo familiar resulta especialmente evidente cuando Ponyo encuentra la anhelada “familia”. Esto ocurre en las escenas de las acciones cotidianas con los rituales domésticos: la preparación del té, al comer el bol de los fideos, al escuchar un cuento para ir a dormir. Las constantes del autor japonés, y su éxito en los mercados occidentales, nos recuerdan algunas de las obsesiones de otro cineasta que ha sabido ganarse al público: Steven Spielberg. Ambos autores son destacados exponentes de unos parámetros sociales que acaban conmoviendo nuestras implicaciones como individuos. Heidi fue un gran éxito internacional de Miyazaki. En Heidi la familia se articulaba con un esquema novedoso, ya que los papeles de cada personaje resultaban fronterizos.

Para reflexionar sobre estos aspectos, y sin perder de vista que Hayao Miyazaki ha evolucionado desde sus posicionamientos marxistas iniciales hacia unas posturas más vinculadas al pacifismo y el ecologismo, conviene recordar que como profesores podemos transmitir a nuestro alumnado una serie de indicadores válidos que son factores decisivos de la cultura mediática. Tal y como señala Fedorov (2010: 69), la audiencia desarrolla los siguientes indicadores en su lectura de los medios de comunicación:

- Inclusión emocional (desde un primer posicionamiento inconsciente y espontáneo ante un texto mediático, se procede a valorar de manera holística las características del texto);

- Actividad emocional frente a los juicios iniciales (con la ayuda del profesorado, los estudiantes consiguen una recepción más viva de las imágenes de los medios, reforzando sus impresiones individuales).

- Madurez de pensamiento de la imagen (lo que inicialmente parece espontáneo o intuitivo, se convierte en uso consciente de la percepción de las imágenes y de la adquisición de las nociones artísticas).

- Adquisición de capacidades y herramientas útiles al analizar los textos mediáticos (partiendo de un uso fragmentario de la evaluación crítica, el alumnado pasará a valorar las estructuras dinámicas de las imágenes, y a percibir los tiempos del texto fílmico).

Estos procesos de acercamiento al discurso de las imágenes del texto fílmico deben estar reforzados por el apoyo de profesionales capacitados para transmitir al alumnado esta información compleja (Huerta, 2005; Marcellán, 2009).

Propuestas para introducir el animé en las clases de magisterio

El grupo con el que hemos realizado el trabajo de campo y la recogida de datos está formado por 45 alumnos, de los cuales han participado voluntariamente en la actividad propuesta un total de 38. De estos 38 participantes, 28 son mujeres y 10 son hombres. El cuestionario que completan es anónimo. Les hemos pedido que ellos mismos se asignen un nombre ficticio, un pseudónimo identificador. Serán estos pseudónimos los que utilizaremos para identificar las respuestas. La encuesta se pasó después de haber escuchado las intervenciones de Marc Molla y de José Antonio Espino, visionando tres fragmentos largos de la película, que se proyectaron en el aula. La mayoría del alumnado había visto recientemente el film en video, en sus casas, ya que lo habíamos sugerido unos días antes.

El cuestionario está formado por 13 preguntas. En la primera intentamos averiguar cuál es el grado de información del alumnado sobre el director que hemos elegido. La pregunta es: “¿Conocías al director Hayao Miyazaki?”. La mayoría del grupo “nunca había escuchado nada de Miyazaki hasta que se habló de él en clase” (contestación de Potato). Únicamente dos alumnos y cuatro alumnas conocían al director y su obra. Este alumnado informado es, además, gran conocedor de la cultura manga, ya que cuando les preguntamos “¿Te gusta alguna de sus obras?”, contestan con un listado extenso de películas y series del autor. Incluso conocían algunas de las obras de las que no se había hablado en clase, como pueden ser Porco Rosso o La Princesa Mononoke. Nos llama la atención que incluso entre aquellos que no conocían al director como creador, también señalaban las creaciones más populares de Miyazaki como Heidi y Marco para televisión, así como El Castillo Ambulante y El viaje de Chihiro para el cine. En cualquier caso, detectamos que un 80% del alumnado de clase no había conocido antes ni el nombre ni la existencia de este director, de este creador, si bien habían visto en cine y en televisión algunas de sus obras más difundidas. Eso nos hace pensar que existe un evidente desconocimiento de la cultura audiovisual entre el alumnado, más allá de lo que significa puramente el goce o el entretenimiento mediático.

Información destacable en los resultados del cuestionario

Hemos querido saber si el alumnado de magisterio conocía qué es un manga o un animé o si se lo habían explicado alguna vez en la escuela o en el instituto. La inmensa mayoría nunca había tratado el tema en clase. Entre las excepciones, Sakuragi (seudónimo que utiliza la alumna) dice: “tuve un profesor de plástica en la ESO, llamado Luís, bastante implicado en el tema”. Eso significa que en algunos casos se ha verificado lo que suponíamos, es decir, que desde el profesorado de dibujo de secundaria es desde donde se podrían plantear al alumnado estas temáticas relacionadas con el cine de animación, el manga y el animé. Jesús (alumno que no oculta su nombre) incide en la marcada repercusión extraescolar del manga: “no me habían hablado ni en la escuela ni en el instituto; lo conocí por la televisión, y después descubrí más manga y animé en las tiendas de cómics”. Jesús es un gran seguidor de la cultura del comic. Guchi (seudónimo) dice que en ninguna asignatura, en clase, nunca, le habían hablado del tema, puntualizando: “aunque sí que sé lo que es”. Si bien la mayoría evidencia que esta temática no ha sido tratada en sus años de escolaridad, asumen que ciertamente se trata de un elemento de la cultura visual de primer orden. A pesar de ser algo reconocido por todo el alumnado, no hemos detectado que esta situación se considere una falta o una carencia por parte de los futuros maestros. Únicamente la alumna Ira666 reflexiona al respeto: “Por desgracia nunca me han explicado nada sobre manga o animé, ya que no me habían hablado nunca de ello en ninguna asignatura. Pero sí que pienso que habría sido muy interesante trabajar con este tipo de animación en clase.”

La alumna Nohaymunus, una de las “expertas”, declara que impartió una materia en la que se abordaba la temática del manga, pero no fue en la escuela o el instituto, sino en Italia, país en el que realizó estudios de audiovisuales: “lo trabajé en clase, cuando estaba estudiando como Erasmus en Boloña, en la asignatura Storia del cine de animazione”. Evidentemente se trata de un caso aislado, ya que es una alumna que ha reanudado sus estudios universitarios, haciendo ahora la carrera de magisterio, después de haber estudiado antes otra titulación. Otro caso nos llama la atención, ya que la alumna Mjranmo contesta: “la verdad es que en clase nunca nos han puesto cine de animación; siempre han sido películas dirigidas a otras edades, documentales,…” Aquí tenemos otro caso de aplicación de los tópicos: ¿el cine que se pasa en el aula debe ser documental, o en cualquier caso “serio”?

Queremos recordar, llegados a este punto, que el cine de Miyazaki es animación. No lo consideramos cine infantil, o bien exclusivamente dirigido a públicos infantiles. Muy al contrario, las temáticas tratadas por Miyazaki son universales y válidas, tanto como lo podría ser el teatro de Shakespeare o la pintura de Rembrandt. Esta división entre alta o baja cultura, o entre literatura infantil y juvenil, nos parece un callejón sin salida, algo intrascendente. El problema, tal y como lo plantea Gilles Lipovetsky, sería nuestro posicionamiento delante de las creaciones artísticas, especialmente de los clásicos (Miyazaki sería un clásico contemporáneo), teniendo en cuenta que “La admiración de la grandeza no ha desaparecido. Pero lo que nos define es una admiración inmediata o diletante, un culto a las obras maestras a las que queremos acceder de manera inmediata, sin formación ni trabajo cultural” (Lipovetsky, 2010: 120).

“¿Crees que el cine de animación debería estar presente a las aulas para estudiarlo?”. Esta es la tercera de las cuestiones planteadas en la encuesta, desde un posicionamiento más reivindicativo por parte nuestra. Aquí descubrimos que la mayoría encontraría positivo introducir la animación en el aula, como materia de estudio, pero también como recurso motivador: “Creo que el cine de animación puede ser una herramienta muy interesante para explicar e introducir en el aula temáticas muy diversas, ya que a los niños les encanta”. Esta última frase escrita por Nohaymunus sería la clave: “a los niños les encanta”. ¿Por qué motivo, si les encanta, no deberíamos utilizar el cine de animación como herramienta didáctica? Viladrau, otra alumna, refuerza dicha estrategia: “es una buena forma de atraer la atención de los niños y se puede educar muy bien a través de las películas”. La motivación podría convertirse en elemento clave de la utilización del cine en el aula. Leyra llega aún más lejos cuando afirma que “sería interesante, ya que a los niños estos temas les motivan y forman parte de su vida cotidiana”. Es decir, la cotidianidad como referente. Suponemos que cuando Leyra se refiere a la cotidianidad está en realidad hablando de la gran cantidad de horas que pasan los niños delante de la televisión. La alumna Jomateixa remata el asunto añadiendo que “hasta llegar a la universidad no se le había dado ninguna importancia al cine; por lo menos ahora tenemos EspaiCinema”. Está claro que entre el alumnado de Magisterio de Valencia ha cuajado la trayectoria del proyecto multidisciplinar EspaiCinema.

La siguiente pregunta del cuestionario apela a las trayectorias del alumnado: “¿Consideras que es suficiente lo que te han enseñado sobre cine (y sobre cine de animación) a lo largo de los años en que has sido alumno durante las diferentes etapas educativas?”. Contesta Yeyes: “No, nunca me habían enseñado nada”. Cela aún es más rotunda: “Nunca me han hablado de cine”. Mientras que Ponyo establece paralelismos entre la realidad cotidiana y el curriculum escolar: “Nunca me han enseñado nada sobre cine. Sí que he visto muchas películas pero nunca me han proporcionado información sobre este tema”. Queríamos saber qué ideas podrían sugerir los alumnos al respecto, si bien ya habían contestado en parte con las respuestas anteriores. Potato se queja de que sabe muy poco sobre cine, pero afirma que “si algún día me pongo a estudiar este tema sí que utilizaré el cine de animación en mis clases”. Jomateixa justifica la situación en base a que “el cine siempre ha sido visto como una diversión y no como un medio de aprendizaje”. Mientras que Mambi es la alumna que revela un dato determinante: “en el colegio, lo único que hacían, con respecto al cine, era meternos alguna película, sin explicarnos nada, simplemente para entretenernos”.

La obsesiva catalogación del cine como puro entretenimiento nos hace perder oportunidades maravillosas de aprendizaje. Algunos autores intentamos cambiar este orden establecido, según el cual el cine solamente podría servir como entretenimiento. Muy al contrario, el cine es un poderoso agente cultural, y en la escuela debemos tratarlo como una aplicación educativa, con una evidente carga motivadora, y apto para tratar cualquier temática (Ambrós, 2007; Buckingham, 2002; Fedorov, 2010; Huerta, 2009).

Se puede educar en cine con una preparación adecuada

Preguntamos a los alumnos si piensan que la banda sonora juega un papel importante en el cine de animación. La mayoría tampoco tienen conocimientos sobre música, a pesar de haber estudiado la materia con profesorado especializado tanto en primaria como en secundaria. Esto no ocurre en el caso de las artes visuales, ya que no dispone de especialistas en primaria. Los comentarios son genéricos, y se le da relevancia a factores como la emotividad o la memoria, aspectos que implican una buena composición musical cuando se trata de una película. La alumna Yuko dice que “las bandas sonoras le dan más emotividad a la escena y ayudan a recordar la película”. La alumna Clarinete, que evidentemente es intérprete de este instrumento, expone un curioso paralelismo de lenguajes: “Si no es lo más importante, es una de las cosas más importantes”. Parece que valora en primer lugar las imágenes, y entiende la música como un acompañamiento de esas imágenes. Por contra, la alumna Cela asume la necesidad de una buena banda sonora, ya que “Es imprescindible para conseguir entrar en la historia que se cuenta y para darle emoción y sensibilidad”, de la misma manera que Mafalda aclara: “La banda sonora es indispensable. Una misma imagen acompañada por músicas diferentes sugiere situaciones completamente diferentes”. Hydrae va más allá, recordando el efecto de la música entre el público infantil: “es una canción muy repetitiva y fácil de memorizar, nombrando características de Ponyo y Sosuke, así que para los niños es muy acertada”.

Les preguntamos si piensan que deberían revisarse los curricula escolares para introducir aspectos mediáticos como el cine (incluyendo la animación) o el cómic (también el manga). Solamente una alumna piensa que no haría falta. Todos los demás están de acuerdo, piensan que hay que introducir el cine en el currículum de primaria, aunque lo encuentran complicado por las presiones curriculares, y sobre todo por los horarios. La pregunta clave, según el alumno Willy, sería: “¿Hay bastante espacio para incluirlo todo?”. Nohaymunus opina que “sería muy conveniente, sobre todo teniendo en cuenta que el cine o el cómic son elementos que llegan mucho más rápido a los niños”. Yuko aún arriesga más, valorando la capacidad de reacción del profesorado: “aunque no está en el currículum, lo podemos trabajar nosotros”. En la misma línea, Leyra está convencida que “en la época actual hay que introducir en el curriculum temas de actualidad que puedan atraer a los niños”. Mientras que Gespa especifica una posible forma de actuación: “más que en el currículo escolar, dichos aspectos deberían revisarse en la programación de aula de cada maestro, ya que dependiendo de lo que se trate, será interesante o no introducir el cine o el cómic”.

Preferencias del alumnado tras el visionado de la película

Cuando les preguntamos qué aspecto les ha interesado más de la película Ponyo en el acantilado, una mayoría del alumnado opina que destacaría la defensa de la película por los valores de la ecología, el respeto a la naturaleza y el trato excepcional hacia las personas mayores. En algunos casos también destacan “los dibujos, sin duda, esa manera de representar la realidad me parece impresionante”, como dice la alumna Viladrau. A Yuko le ha gustado mucho “la naturalidad con que se acoge la curiosidad, la inocencia y la fantasía propia de la infancia; y también que no hay gente mala, ya que todos son amigos: peces, niños, abuelas,…”. Mientras que Taurina entiende que “a pesar de ser cine infantil, puede verse y utilizarse también para cualquier edad”. Lo habíamos comentado antes: hay cierta predisposición a creer que el cine de animación es para públicos infantiles. Es un error de planteamiento.

Para Jesús, conocedor de Miyazaki, lo más destacable son “los paisajes y los miles de minicriaturas que rodean las escenas (como también pasa en El viaje de Chihiro); los colores planos de los personajes principales y los mundos mágicos que retrata el director”. Su compañero, que se autodenomina Shin Chan, valora especialmente “las expresiones que da a las cosas y a los elementos imaginarios o no reales”. En general todo el alumnado opina que el estilo de Miyazaki es muy acrisolado, especialmente la forma de dar movimiento a los personajes. No se había comentado en clase, y por tanto los alumnos no lo debían saber, pero lo cierto es que Miyazaki empezó a trabajar en los estudios de animación generando movimiento a personajes que no eran aún creaciones suyas. Todos destacan el tratamiento del color y la expresividad de los detalles.

Lo que más le ha gustado a Cela es la música del cine de Miyazaki que “consigue ser desde relajante hasta estresante, según lo requiera el momento, utilizando gran cantidad de voces e instrumentos”. La mayoría es consciente de que la canción del tema principal de la película es “pegadiza”. De hecho, al acabar la clase todo el mundo iba cantando la canción de Ponyo. Ocurre lo mismo con las melodías de Heidi o de Marco, dos clásicos de Miyazaki, todo el mundo las recuerda. En palabras de Jomateixa “es una música que engancha, que se te queda grabada, muy animada”.

Todo el alumnado consultado cree que es conveniente tratar aspectos como la ecología o el patrimonio en las clases de las diferentes asignaturas. Mambi dice que “son temas que no se deberían tratar únicamente en el área de conocimiento del medio, ya que en cualquier momento y en cualquier asignatura conviene abordarlos”. En algunos casos recalcan que no solamente es conveniente, sino que es fundamental. Les preguntamos si cuando ejerzan como maestros utilizarán el cine de animación para explicar temáticas diversas. Todos los que contestan parecen animados a hacerlo, aunque se ven poco preparados en conocimiento sobre cine para afrontar tareas educativas mediante películas. Dice Sakuragi: “no me lo había planteado, pero sin duda lo haré”. Con estas declaraciones, el alumnado nos transmite una idea que no debemos perder de vista: se sienten muy próximos al cine, pero al mismo tiempo creen que no tienen la suficiente formación como para utilizar las películas con finalidades didácticas. Deberíamos tomar nota al respeto.

El alumnado valora muy positivamente la experiencia de haber tratado en clase el animé, el cine de animación japonés. Como dice Potato: “pienso que voy a ver más películas de este director; me ha gustado mucho esta sesión”. Nosotros continuaremos introduciendo estos parámetros didácticos entre los futuros maestros de primaria.

Conclusiones

Los resultados de experiencias como esta nos demuestran que entre el alumnado de magisterio hay un gran desconocimiento de la cultura audiovisual, más allá de lo que suponen el cine o la televisión como puro goce o entretenimiento. También hemos comprobado que continúan existiendo tópicos, conceptos caducos que dificultan poder mejorar esta situación:

a. Creer que el cine de animación es únicamente para públicos infantiles

b. La falta de conocimiento de los lenguajes de las imágenes y de la música

c. No asumir que se deberían tratar en las clases de educación artística temáticas como la defensa del patrimonio natural o el respeto por la gente mayor.

Todos estos prejuicios impiden poder avanzar en el tratamiento de numerosas cuestiones que podrían analizarse aprovechando el cine. La cultura visual debe incluirse en la formación de los futuros maestros. También debería tener una presencia preferente en la trayectoria curricular escolar, en todos los niveles, con profesionales de la docencia capacidades para utilizar los recursos visuales como un elemento educativo primero orden. El estudio de los artefactos visuales es útil para conocer el potencial de las imágenes, y para mejorar cualquier aspecto de nuestras vidas. Un buen ejemplo de ello es el trabajo del realizador japonés Hayao Miyazaki, capaz de entretenernos y maravillarnos con sus creaciones, al tiempo que nos transmite un ideario basado en el respecto a la naturaleza, el acercamiento a la problemática de la gente mayor, y un aventurado paseo por las realidades de la infancia y el arte.

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